Esto es lo que creo

Hace poco me hicieron una entrevista, y hoy quiero compartir mi respuesta a una pregunta de las que me hicieron, que fue: cómo contribuis al cuidado de la vida y del medio ambiente?

Si bien voy a publicar la nota cuando salga (a pesar de que me cuesta un poco mostrar la cara), me pareció que era una buena idea aislar esa respuesta y compartirla, porque me hago cargo de estas palabras como de ninguna otra cosa.

Y acá va:

Creo en que la vida es un entramado donde todo lo que hacemos está conectado e impacta sobre los demás, de forma más o menos visible. No sólo impactan nuestra pequeñas decisiones cotidianas, sino también la energía con la que encaramos cualquier cosa. No es lo mismo referirse a los demás de forma alegre o triste, igual que no es lo mismo tratar con agresión o con consideración. Cuando digo “los demás”, no me refiero sólo a las personas, sino a todos los seres vivientes.

Creo que es por esto que opté por el veganismo que, lejos de ser una dieta, es una filosofía de vida.

Por un lado, decidí muy conscientemente dejar de ser partícipe de una cadena llena de crueldad. Para muchos estos es extremo. Para mí lo único verdaderamente extremo es lo que viven algunos animales para convertirse en comida o productos, cuando entran en procesos industriales como que fueran mesas o cajas.

Seguido de eso me parece extremo cómo la publicidad logró formatearnos a todos para consumir de la forma que lo hacemos, sin tener en consideración lo que hay detrás: químicos horribles, gente reducida a robots de trabajo, animales tratados como que no sintieran dolor, angustia, miedo y sufrimiento y la aniquilación de los ecosistemas.

Me hace muy, muy feliz haber optado por no formar parte de esa cadena de crueldad (dentro de lo que sé, porque seguramente hay cosas que todavía no sé) porque la demanda es lo que la mantiene viva.

Por todo esto, cambié muchas elecciones:  busco ropa clásica y atemporal o prendas que no tienen correlato con la moda. En los últimos años compré principalmente usado o en marcas de gente en la que confío, cuando realmente lo necesito. Mis muebles son en parte los de mi adolescencia (una pintadita fue suficiente para actualizarlos), heredados o usados. No me interesan los muebles o la ropa de moda. Los veo pasar cada año y me pone contenta ver que no me engancho. Que ya entrené a mi cerebro para detectar lo que nos imponen. No me gusta que me impongan nada. Me gustan lo que tiene identidad, historia y rayones!

Y desde lo productivo, decidí enfocarme en aquellos productos que mejor ayudan a construir el mundo que sueño: uno de aprovechamiento eficiente de los recursos,  que ayudan a proteger lo que está en casa (cama, sillón), que sirven para compartir momentos al aire libre (mantas de picnic), que sirven para muchas cosas (pachmina, cortina, mantel, adorno, bolso improvisado). Y acompañado de eso, los contenidos para niños en los que estoy trabajando!

 

Creo que todo lo que creamos y ponemos a circular en el mundo construye una forma de habitarlo, y yo quiero que mis cosas construyan una cultura de amor por todos los seres vivivientes, porque todos tienen derecho a habitar el mundo en paz.

Responder a Anónimo Cancelar la respuesta