El romance con las semillas que se vive en esta época no es por nada. Son muy power a la hora de nutrir y cada día se les encuentran nuevas cualidades.
En mi caso particular, me hice íntima de las almendras cuando dejé los lácteos y empecé a investigar con las leches vegetales. Soy amante de los latte, pero sufría horrores los mil y un ataques estomacales, todas las semanas de mi vida. En cuanto suspendí lácteos, nunca más.
Yo que soy medio mística, activo las semillas durante la noche, al lado del hermoso San Francisco de Asis que ilustró Vale Montero para Fauna Querida, y el Dios Perrito, que ilustró Marina Haller para Perro Real, nuestra marca solidaria con los perros sin hogar. Muchas veces dejo una vela prendida por un rato, o mis piedras ahí cerca, cargadas con mis deseos. Uso un vaso antiguo que me regaló mi abuela. Me gusta como el color de las almendras, la textura del vidrio y el agua las hacen parecer doradas. Para mí son oro, así que me re cierra el ritual.
Las semillas contienen todos los nutrientes y las enzimas necesarias para producir una planta viva en estado latente hasta que sucedan las condiciones para que pueda germinar.
El ácido fítico es un compuesto que inhibe la fitasa, una enzima que habilita la germinación de las semillas y ayuda a protegerlas de los depredadores, bloqueando la actividad de las enzimas digestivas. Recordemos que los frutos son la forma sexy que tiene una plantita para reproducirse en lugares nuevos. Por eso las semillas necesitan permanecer intactas a medida que pasan a través del sistema digestivo de los animales que los comen, y así conquistar nuevas tierras para crecer y desarrollarse.
Los animales rumiantes (vacas, bisontes, ovejas, ciervos, etc.) poseen fitasa, que les permite digerir el ácido fítico que se encuentra en las hierbas de los cereales que consumen. Pero para el resto de los seres, como los humanos, el ácido fítico se considera un anti-nutriente porque se une a minerales como magnesio, calcio, zinc, cobre y hierro en los intestinos, bloqueando su absorción. Esto puede conducir a problemas digestivos, deficiencias de minerales, anemia, pérdida de masa ósea, caries dental, depresión, alteraciones de la inmunidad e inflamación.
Podemos evitar todo esto despertando a las semillas y solo requiere varias horas de remojo en agua. Así la semilla absorbe agua y pone en marcha diversos procesos: inactiva los antinutrientes (como el ácido fítico), predigiere nutrientes (desdoblamientos) e incrementa su contenido nutricio (síntesis vitamínica y enzimática). También se eliminan eventuales restos de hongos y micotoxinas que hayan resistido el lavado previo.
Cómo activar las semillas?
- Para activar semillas y frutos secos (preferentemente orgánicos), necesitamos un frasco de vidrio o recipiente de cerámica limpio. Evitá el plástico (siempre).
- Lavar las semillas, remojándolas 20 minutos en agua limpia (agua filtrada o mineral) a la cual adicionamos una cucharada de bicarbonato de sodio.
- Enjuagar muy bien con bastante agua.
- Remojar las semillas en agua purificada, con un mínimo de 3 cm de profundidad entre 8 a 12 horas, o mejor aún, toda la noche. El tiempo varía según la dureza de la semilla
- Usar el agua de remojo para regar las plantas
- Enjuagar las semillas con agua limpia ayudándonos con colador de mano. Las semillas ya están listas para ser utilizadas inmediatamente.
Una vez activadas, vas a poder tomar los mejores cafés cortados o latte de tu vida. O Chai Latte, o chocolatada, o submarino.
Con la pulpa, vas a podes hacer galletitas o unos quesitos untables riquísimos. Y con pro-bióticos o agar-agar (un alga mágica), también vas a poder hacer quesos sólidos que te descuelgan la mandíbula.
Si tu plan con las almendras activadas era otro, te conviene secarlas. En verano podés secar las semillas o frutos secos al sol hasta eliminar la humedad. En invierno hacelo con un horno deshidratador o en un horno eléctrico a la temperatura mínima. Dejalas en la heladera, en donde se van a mantener por aprox 3 días. Después se echan a perder, así que activá una cantidad justa.
Por qué esto ayuda a los animales?
Primero, reemplazar la leche de vaca u otros animales por leche de almendras baja la demanda de un producto logrado a través de procesos crueles. Lo que sucede en un tambo es muy diferente de lo que queremos creer.
Aparte de eso, el beneficio para la salud humana, es invaluable. No posee gluten, lactosa, ni colesterol. Tiene un alto contenido de vitamina E, el cual es un antioxidante natural que ayuda a prevenir el cáncer y a retrasar los procesos de envejecimiento. También, es fuente de vitaminas D y A, proteínas, omega 6, zinc, calcio, hierro, magnesio y potasio. Si no se le agrega azúcar a la leche de almendras el contenido calórico es de 30 por taza. Finalmente, tiene un alto nivel de fibra natural soluble e insoluble. De esta manera, protege la pared del intestino favoreciendo al colon, ayuda a regular la absorción de los azúcares y controla los niveles de colesterol.
#masamoranimal
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Ojalá te den ganas de probarla o si ya sos habitué y tuviste algún descubrimiento almendrístico, compartilos en los comentarios! Va a sumar.
Abrazo,
Mel