Igualdad, libertad y fraternidad de todos los animales.

Durante mi paso por la carrera de sociología me cansé de escuchar las palabras  explotación, esclavitud, alienación y varias más.

Por el contrario, me interesaban los conceptos de lucha simbólica, legitimidad y carisma.

Creo que el primer set de conceptos me resultaba agotador, porque de lo que se estaba hablando era del malestar de muchas millones de personas. Naturalmente, cuando un problema es muy grande y difícil de abordar, uno siente que su esfuerzo no va a aportar nada sustantivo y lo más simple es hacer como que eso no pasa.

El segundo set de conceptos me interesaba, porque tiene que ver con todas las cosas que están en juego de forma tácita en las relaciones, de lo que consideramos natural, de lo que nos inspira a seguir una idea nueva.

Me pudrí de leer sobre la Revolución Francesa y su lema Liberté, Égalité, Fraternité

y me la pasaba quejándome de que no leíamos sobre otro tema. No estaba en contra de los conceptos, pero en ese momento todavía no había conectado los puntos.

Diría que hace aproximadamente un mes me cayó una ficha inmensa. No puede haber sido casualidad que haya elegido “Todos somos animales. Más amor fraternal” como la bajada conceptual de Fauna Querida. Como siempre digo,

Todo se conecta al final.

Durante el feudalismo, un señor con algún título noble (un invento de que era una persona más valiosa o importante) tenía derecho a apropiarse de la tierra y de seres humanos para hacerlos trabajar como que fueran máquinas, recursos. Y así terrible como suena, siguen existiendo lugares de explotación entre las grandes marcas que hoy están en el shopping, y por algún extraño motivo, hacemos como que eso no pasa. Creo que el motivo es la desconexión.

Los animales son hoy considerados recursos al servicio del hombre. Se los explota, se los somete a los peores abusos (a veces tan tremenda y ridículamente terroríficos que si alguien te lo cuenta pensás que es una película de terror y de tortura y no algo que pueda pasar en la realidad).

La comida que llega a tu plato, cuando es en base a un animal, está impregnada de una película de terror, tortura, sufrimiento, tristeza, miedo, angustia, dolor, desesperación y muchos más sentimiento de los cuales ninguno es lindo ni bueno.

Alguien, en algún momento de la historia nos hizo creer que los animales son cosas con las que se puede hacer lo que uno quiera. Que sus mentes son inferiores y que no tienen sentimientos.

Pensemos un segundo si eso es verdad.

Claramente no.

La explotación y la esclavitud de los animales, son el producto de una lucha simbolicá que legitimó la ridícula idea de que no sienten y que por eso se les puede dar un trato injusto/inhóspito/inhumano/in-lo que quieras, y que eso es correcto/válido/siempre fue así/esa es la ley de la vida/del más fuerte.

Creo que los grande problemas del mundo -y me refiero a todos- están disfrazados de excusas religiosas, políticas, territoriales o lo que sea, pero que son simplemente un ego gigante de alguien que tiene la noción errónea de que es más importante que los demás, o más fuerte, y que por eso sus deseos son más importantes que los de los demás.

Cuando me preguntan cómo hago para ser vegana, en realidad me están preguntando cómo hago para aguantarme el deseo y las ganas de comer chocotorta, asado, una picada de jamón y queso, facturas o una milanesa. O comprarme los zapatos que me gustan o la cartera.

Voy a responder esa pregunta ahora, acá y es muy simple :

Hice la conexión.

Cuando veo la chocotorta, o la carne asándose, o cualquiera de los items, veo las caras de los animales que pasaron por una película de terror para que yo cumpla mi deseo.

Pero es imposible que yo pueda desear algo que tuvo un proceso tan horrorífico. No va conmigo. Eso no soy yo. Me lo hicieron creer por un tiempo, pero ya no soy ingenua.

Ya no importa que venga alguien y me diga que está todo bien, que no es tan grave como parece, que los animales cazan en la naturaleza, que no tengo que privarme de nada, que es la única fuente de hierro, proteínas y de B12, que no tengo que ser tan extrema, o fundamentalista, o que la lechuga sufre cuando la arrancan de la tierra o lo que sea.

La conexión no es fundamentalista. Es reubicarse en el mundo. Es no aceptar mentiras, no ser ingenuo, y sobre todo, no creer que uno no tiene impacto con sus decisiones más mínimas. Todo tiene un impacto porque todo está conectado. Ya lo dijo Einstein con la metáfora de la mariposa.

Cada vez que voy a algún lugar y pregunto por la opción vegana que no hay, estoy mandando una señal al mundo.

Sobre vivir de forma extrema, el único que vive algo extremo es el animal del matadero, del camión, de la fábrica de pieles, huevos o plumas, de paté, de bilis y de muchas otras.

Sobre la dificultad de ser vegano, lo único real que tengo para decir es  que la peor parte es el principio, porque no estas acostumbrado a pensar diferente, pero a la larga me hizo más creativa, más fuerte, más sólida y consistente con mis valores, y eso me hace más feliz.

Lo único que es una fiaca, es llegar a un lugar y no haya opciones, pero me lo tomo como el ejercicio de la mariposa, de expandir esta necesidad de salirse de la película de terror que tenemos cada vez más personas.

De todos modos, ya salgo preparada, y en la mayoría de los casos, tengo que llevar para convidar, porque siempre alguien quiere probar y se copa, y se le prende una lucecita de que es posible la felicidad sin crueldad.

Al principio es difícil, porque todo hábito nuevo requiere vencer una inercia. Pero se puede empezar con algo chico, con lo que uno puede en ese momento y eso ya es algo enorme. Es raro al principio? Sí. Cuesta “perder” algunos rituales familiares? Sí. Pero después todo se acomoda para mejor. Termina ganando el amor. Esa es la gracia. El ritual familiar se resignifica y es gracias a que venciste la inercia.

En mi caso, el que me abrió los ojos a la conexión fue mi perro Froycito. Pero los que me dan fuerzas, son todos los que me cuestionan con violencia. La tenacidad con la que tienen que defender la inercia del terror me hace más fuerte. A todos ellos, gracias. Me recuerda que mi enfoque es desde el amor.

Adhiero a que no se puede imponer esta decisión sobre nadie. Por el contrario, creo que se demuestra con opciones y con una vida felizmente libre de crueldad y gentil hacia todos los seres de la tierra. Por eso creamos un tablero inspiracional para una vida libre de crueldad, sin imágenes de la película de terror. Sólo desde el amor, que es la verdad.

Creo que el amor, la gentileza y el posponer un poco el deseo propio por el deseo de otro es lo más carismático que hay. Y es lo que puede conducirnos hacia un modo más humilde de habitar el mundo y de relacionarnos. Los otros animales, lo no humanos, tienen deseos de felicidad, de tranquilidad y de amor.

Desde Fauna Querida, y sus futuras mutaciones, vamos a trabajar para demostrar que cada vida cuenta. Que todos somos animales. Que estamos todos conectados. Que todos somos uno y que no se puede ser feliz a costa de otro.

Libertad, igualdad y fraternidad para todos TODOS los animales.

Feliz Día Mundial del Veganismo.

Algunos links relacionados:

Moby y su restaurante vegano mega copado

Un cambio sencillo: leche de almendras.

Un posteo de facebook en este día.

Sobre hacer lo que puedas, que ya es algo!

Y texto de Paula Yalú puntual, sobre este día (ver posteo acá):

En Noviembre de 1944 un dulce hombre llamado Donald Watson creó en Inglaterra la Sociedad Vegana♡ The Vegan Society.
Hoy es un día para reflexionar, como lo hacen las personas que tienen el valor de cuestionar las costumbres y proponer nuevos paradigmas.
¿Es necesario la muerte sistemática y cruel hacia los animales para nuestro beneficio?
¿Podemos aceptar como justo o moral este genocidio?
¿No es hora de salir de las tradiciones que dañan a otros?
En la actualidad tenemos toda la información necesaria para elegir como vivir y ser concientes de que lo que hacemos afecta a todos los que vivimos en el planeta.
Hoy es una oportunidad para reflexionar.
#AbreLosOjos #CambiaElmundo #Veganismo